¿Qué son los corredores y qué utilidad tienen?

En el campo de la ortodoncia, es fundamental evaluar una serie de registros que se complementan para poder ofrecer el mejor plan de tratamiento individualizado para cada paciente. En este proceso de evaluación, se analizan los huesos de la cara, el tejido blando que comprende los labios, nariz y piel de la cara, los dientes y, por supuesto, la sonrisa.
De hecho, la sonrisa es uno de los factores más importantes a evaluar en el campo de la ortodoncia, ya que es la carta de presentación de las personas y es lo primero que se ve cuando se conoce a alguien.
Los ortodoncistas deben ser capaces de diferenciar los diferentes tipos de sonrisa y los distintos factores a evaluar al planificar un tratamiento de ortodoncia.
El análisis de la sonrisa consta de diferentes parámetros para evaluar, como son los dientes en relación con los tejidos blandos de la cara.
Asimismo, en el análisis de la sonrisa se pueden distinguir dos tipos de sonrisa: la sonrisa posada o social y la sonrisa de disfrutar que se expresa, por ejemplo, cuando nos cuentan un chiste o cuando vemos a esa persona especial.
Por otro lado, está la sonrisa no posada como para una foto, que sería la primera y que es bastante reproducible.
Como hemos mencionado anteriormente, por eso son tan importantes las fotos en los registros de ortodoncia.
Cuando se evalúa una sonrisa, es necesario ver la cantidad de exposición de incisivos y encías. Una sonrisa que enseñe suficiente encía y dientes se expresa como una sonrisa más juvenil y atractiva, mientras que una sonrisa en la que no se exponga mucha encía ni dientes se expresa como una sonrisa no muy atractiva.
En cuanto a los corredores bucales, estos van a depender de la anchura con respecto a la altura de la cara de cada paciente.
Una sonrisa amplia puede ser más atractiva que una estrecha.
El corredor bucal es el espacio o distancia que queda entre los dientes posteriores superiores, especialmente los premolares (los dientes que se encuentran justo al lado de los colmillos) al interior de la mejilla al sonreír.
En el 98% de los casos de ortodoncias, se tiene que expandir o ensanchar las arcadas (parte de arriba y de abajo) para poder generar espacio y corregir los apiñamientos, obviamente con los parámetros de hueso, encía, etcétera de cada paciente.
Cuando se tienen unas arcadas comprimidas en las que no hay suficientes espacios para poder meter los dientes en su arco y se generan apiñamientos (dientes torcidos) o mordidas cruzadas, es necesario desarrollar un arco redondo, parabólico, en forma de herradura que no solo sirve para resolver el apiñamiento, sino que también mejora la estética de la sonrisa y, además, la respiración.
Es importante señalar que las arcadas no deben ser ni muy anchas ni muy estrechas. La anchura de las arcadas debe guardar relación con la anchura de la cara de cada paciente.
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