Los retenedores dentales ayudan a mantener los dientes en la posición que se consiguió con un tratamiento de ortodoncia. Después de un tratamiento de ortodoncia es fundamental el uso de estos aparatos. Nuestras piezas dentales tienden a recuperar su posición original de forma natural después de un periodo de tiempo. Por esto, a continuación te contamos cuáles son los tipos de retenedores que existen:

• Retenedores fijos. En la mayoría de casos se trata de un alambre trenzado muy sutil que se instala en la parte interior de los dientes. Por norma general, se coloca entre los caninos y son, como hemos indicado anteriormente, fijos. Estos solo pueden ser retirados por tu dentista. En un primer momento te puede parecer una técnica algo agresiva, pero no es el caso. El retenedor es casi imperceptible y no interfiere en el habla, es muy fácil acostumbrarse a ellos. En algunos casos, los pacientes llevan este tipo de retenedores toda la vida y no les supone ningún problema.
• Retenedores Removibles. Se trata de una férula de plástico que producimos a través de un molde exacto de tus dientes. Este tipo de retenedores están pensados para ser fácilmente extraíbles a la hora de comer o de lavarse los dientes. El beneficio de estos retenedores es su comodidad, ya que además de ser transparentes y ser imperceptibles, se adaptan a la perfección a la forma de tus dientes. Son la opción más recomendada por los dentistas para usar por la noche (en caso de no llevar retenedores fijos).

En la mayoría de los casos, los retenedores fijos se colocan permanentemente, pero  otros pacientes se colocan los primeros meses tras la ortodoncia y se retiran más tarde para sustituirlos por los removibles.

Sin embargo al usar los removibles se suele recomendar llevarlos los primeros meses de forma continua, sin hacer uso de ellos únicamente a la hora de comer y de la higiene dental. Tiempo después, es recomendable continuar usándolo durante la noche ya que, como ya hemos mencionado, los dientes siempre tratan de volver a su posición natural.

La elección entre estos dos tipos de retenedores dependerá de cada paciente, tipo de mordida y presencia de implanteso restauraciones, entre otras cosas, aunque es frecuente que se combinen ambas.

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