Con la bajada de temperaturas, el viento y las lluvias damos paso al invierno, y por supuesto estos factores pueden tener consecuencias en nuestra salud bucodental y provocarnos ciertas dificultades.
Con la bajada de temperaturas, el viento y las lluvias damos paso al invierno, y por supuesto estos factores pueden tener consecuencias en nuestra salud bucodental y provocarnos ciertas dificultades.
La erosión dental es la pérdida paulatina o progresiva del tejido que recubre la superficie externa de los dientes, también llamado esmalte dental. Este es el resultado de un proceso de debilitamiento ocasionado por ácidos, aunque no están causados por bacterias, es decir, no tiene que ver con la placa.
Cuando hablamos de sensibilidad dental nos referimos al dolor dental intenso que se produce cuando la dentina, que es protegida por la encía, el cemento radicular y el esmalte dental, queda expuesta debido a la pérdida de esa protección natural.
Al hablar de la boca y de la salud bucal inmediatamente pensamos en los dientes, la lengua o las encías. Pero existe otra parte muy importante en nuestra salud bucal, se trata de la dentina.
La sensibilidad dental se refiere al dolor dental intenso y transitorio que suele estar causado por la exposición de la dentina, la parte interna del diente, al medio oral. Aparece tras el contacto del diente con algún tipo de estímulo externo como pueden ser los alimentos fríos o calientes, los dulces, el cepillado de dientes, respirar aire frio o la presión táctil.
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